Estos fotos de comedores sociales y escolares son de aquí,
de España, nuestras, de ahora mismo...
El hambre jamás se presentó a elecciones
Por lo que no se la nombra en los hemiciclos
El hambre nunca leyó a Vallejo ni a Neruda
Los famélicos no se masturban con utopías
El hambre es incolora, inodora e insípida
Si te la cruzas en la calle basta con cerrar los ojos
El hambre se enquista en las costuras del alma
Y late en silencio hasta la muerte súbita
El hambre quiere dejar su firma hoy en este poema
Ser amada un instante por algún lector excéntrico
Fernando Sabido Sánchez